miércoles, 5 de mayo de 2021

LAS EMOCIONES POSITIVAS HACIA EL PRESENTE: PLACERES y/o GRATIFICACIONES

 Toca hablar ahora de las emociones positivas orientadas hacia el presente. Éstas son emociones que se centran en acontecimientos y acciones del momento actual (Vera, 2008), por lo tanto, abonan al desarrollo y logro de la felicidad o bienestar psicológico, en tanto nos permiten sentir y disfrutar de los eventos o tareas presentes.

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Estas emociones se dividen en dos categorías: los placeres y las gratificaciones.

   Los placeres. Estos tienen un alto componente sensorial y afectivo, se pueden entender como sensaciones agradables de distinta intensidad, por medio de los cuales se busca satisfacer necesidades homeostáticas como el hambre, el sueño, el sexo, entre otras y necesidades psicológicas como el éxtasis, el embeleso, el gozo, entre otras; a su vez se dividen en corporales y superiores. “Los placeres corporales son emociones positivas transitorias que se manifiestan a través de los sentidos” (Seligman, 2002, p. 380), como: olores, sabores, sensaciones sexuales, movimientos corporales, vistas, sonidos agradables, etcétera; estos tienden a ser fugaces, con una mínima o nula reflexión.

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A diferencia de los placeres corporales o sensoriales que simplemente implican sentirlos sin casi ningún esfuerzo, los placeres superiores implican un aprendizaje previo y mayor procesamiento cognitivo, y aunque también son transitorios, su origen es más complejo. Los sentimientos y sensaciones que producen las acciones o eventos placenteros pueden ser: éxtasis, embeleso, gozo, dicha, alegría, regocijo, júbilo, diversión, entusiasmo, satisfacción, euforia, entretenimiento, tranquilidad, distracción y otros similares (Seligman, 2002).

Una característica de los placeres, tanto corporales como superiores, es que pronto nos habituamos a ellos y después de un tiempo necesitamos buscar otros, diferentes o más intensos, que nos aporten mayor placer.

     Las gratificaciones o disfrute. Son acciones que tienen como base los placeres, pero a diferencia de estos últimos, tienen mayor duración e involucran una actividad más profunda del pensamiento y la interpretación. Conllevan un esfuerzo a tal grado que no siempre serán totalmente placenteras y a veces podrán resultar estresantes. Están estrechamente relacionadas con el desarrollo de las fortalezas y las virtudes personales.

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Las gratificaciones implican acciones que generalmente a todo individuo le gusta mucho realizar, pero no siempre estarán emparejadas con los placeres corporales. Éstas atrapan e involucran por completo a la persona, en muchas ocasiones “bloquean la conciencia propia y la emoción experimentada, salvo retrospectivamente [como cuando se recuerda un evento satisfactorio], y generan la fluidez, ese estado en el que el tiempo se detiene y uno se siente a gusto” (Seligman, 2002, p. 381).

En la fluidez o flujo (Sobre el cual profundizaremos en siguientes publicaciones) las habilidades y fortalezas de la persona “están a la altura de las circunstancias” (Seligman, 2002, p. 159), por lo que es más fácil obtener gratificación posterior, al ver acrecentadas nuestras fortalezas y desarrollado nuestro propio ser.

Estas gratificaciones se desarrollan o aumentan en estrecha relación con el mismo desarrollo de las fortalezas y virtudes personales; en palabras del mismo Seligman (2002): “Las gratificaciones que produce el ejercicio de las fortalezas [y las virtudes] son el camino que conduce a lo que yo considero la buena vida” (p. 381).

 Las gratificaciones tienen mayor duración que los placeres e involucran una acción más profunda del pensamiento y la interpretación; es decir, conllevan un esfuerzo, además de que las fortalezas y las virtudes siempre las están fortaleciendo. Un punto importante es que las gratificaciones, guiadas por las fortalezas, y con el paso del tiempo y su repetición constante, se podrán convertir en hábitos buenos o virtudes.

 Los placeres se relacionan con la vida placentera, las gratificaciones con la vida buena (De las cuales hablaremos en posteriores publicaciones). Csikszentmihalyi, citado por Seligman (2002), argumenta que: “El placer es una fuente de motivación poderosa, pero no produce ningún cambio; es una fuerza conservadora que nos hace desear satisfacer las necesidades que se experimentan, conseguir bienestar y relajación. […] Por el contrario, el disfrute (gratificación) no siempre es placentero y a veces puede resultar sumamente estresante” (p. 183). Es decir, el placer se queda en el disfrute de nuestros sentidos, la gratificación va más allá, implicando esfuerzo, aprendizaje y crecimiento personal.

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 Referencias:

Csikszentmihalyi, M. (2008). El yo evolutivo. Ed. Kairós, Barcelona, España.

 Seligman, M. (2002). La auténtica felicidad. Ed. Byblos, Barcelona, España.

Vera, B. (2008). Psicología positiva, una nueva forma de entender la psicología. Ed. Calamar, Madrid, España.


7 comentarios:

  1. Muy interesante el articulo es de suma importancia el poner en práctica cada vez más las gratificaciones, ya que ellas como bien se menciona en el artículo nos invitan a desarrollar de manera lineal las fortalezas y virtudes personales.

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  2. Es interesante lo que se menciona sobre los placeres corporales ya que tienen poca profundidad, lo que nos menciona el articulo nos ayuda a saber elegir entre placer y gratificación, eligiendo de la misma manera cuál de las dos nos viene mejor a nuestra persona.

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  3. Me parece de suma importancia comenzar a conocer conceptos que nos permitan vivir el presente. En lo personal, suelo pensar en el futuro y qué pasará después, por ello, este artículo fue de gran ayuda porque aprendí que placer y gratificación son conceptos con una relevante diferencia porque los placeres son más momentáneos, mientras que las gratificaciones son más trascendentales y te encaminan a una vida buena.

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  4. Me parece muy importante tomarnos el tiempo y aprender a diferenciar entre los placeres y las gratificaciones. Es muy fácil dejarse llevar por una vida llena de placeres pero como dice en el artículo las gratificaciones son las que nos hacen crecer, madurar y realmente agradecer lo que nos está pasando. Me llamó la atención aprender que las gratificaciones no siempre son acompañadas por placeres o son positivas y me ayudó mucho entenderlo al saber que las gratificaciones implican esfuerzo y son esas cosas que sabemos que tenemos que hacer y nos cuesta hacerlas pero cuando las logramos potencializamos nuestras fortalezas y virtudes.

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  5. Es interesante como se menciona que las gratificaciones se pueden convertir en hábitos buenos ya que nos invitan a desarrollar a profundidad nuestras fortalezas personales. El crear hábitos buenos aumentará nuestra felicidad alejándonos de simples placeres corporales o superiores que a la larga ya no nos generarán felicidad porque nos acostumbraremos a ellos.

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  6. Los placeres tienen un origen al mismo tiempo sensorial lo cual me parece muy interesante , el decir que el primer instante de placer viene con lo sensorial lo físico que estos son placeres temporales de instantes , no realmente duradera , es esa felicidad que dura en cuanto comienzas a comer una pizza que es muy placentera depende de ti cuantas piezas de comas pero son minutos después de que te acabes la pizza , ya no sabes que hacer son instantes , mientras que si comes la pizza con amigos o pareja tienes gran tema de conversación el sentimiento las palabras de aliento te vas mas feliz saber que una conversacin amena te haya impactado tanto y eso se viene como una felicidad duradera

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  7. Éste artículo me parece muy interesante ya que nos plantea que las emociones positivas del presente se dividen en dos que los placeres se refiere más a los sensorial y afectivo, es decir que se enfoca más en lo superficial, Sin embargo este puede servir para impulsarnos a actuar de manera motivada con mucha fortaleza; sin embargo también nos platica un poco más sobre las gratificaciones en las cuales consisten en algo un poco más profundo los cuales te implicas en todos los sentidos, quedas inmenso en gran medida, lo que provoca un gozo más trascendente ya que aquí se da la oportunidad de fluir y trabajar en nuestras fortalezas, que nos va Direccionando a un bien mayor que aporta a nuestro desarrollo y potencial. - Miriam Daniela Martínez Castellanos

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