Siguiendo con el tema de la felicidad, es importante para complementarlo, hablar un poco sobre la visión filosófico antropológica. Aunque se quiera negar o decir que esta visión no es científica, la realidad es que si es racional y aporta elementos muy importantes al entendimiento de la búsqueda universal y permanente del hombre por comprender y alcanzar la felicidad.
La felicidad es una de las cuestiones que más ha preocupado a la humanidad a lo largo de su historia. Pero aún en nuestros días no se puede afirmar que se tenga, desde el ámbito psicológico, una definición clara, unificada y compartida que explique todo lo que implica la felicidad. Unas definiciones centran su atención en la satisfacción personal, otras en el logro de metas y aspiraciones o en encontrar el sentido a la vida (Vera, 2008). Lo cierto es que la felicidad es algo complejo, que no se queda solo en la experimentación de emociones positivas o agradables como la alegría, el regocijo, ilusión, entre otras.
La felicidad incluye también
otros elementos como la evaluación, la lucha, el compromiso y hasta el dolor,
los cuales no necesariamente se pueden ubicar como emociones positivas o agradables.
La suma o integración de estas variantes emocionales, más el encaminarse hacia
objetivos personales o metas trascendentes es lo que para muchos da como
resultado la búsqueda y logro de la felicidad; lo que para los clásicos griegos
sería “ese fin, el bien último y máximo
al que todos aspiramos, y que todos los demás fines, bienes y valores los
elegimos por él” (Yepes y Aranguren, 1998, p. 157) o lo que Aristóteles llamaba
la Eudaimonia, en el Libro X, sobre
la felicidad, de su Ética Nicomaquea.
Para Aristóteles el bien o fin último o supremo, al cual llamó felicidad o eudaimonia, no es un fin concreto, sino un fin genérico, el cual alienta a los fines concretos para ser alcanzado como fin último. Para explicar estas ideas de Aristóteles, Sánchez-Migallón (2010, p. 71) afirma que:
La
felicidad es un fin genérico; un fin que, por tanto, no se nos presenta como un
estado concreto. Solo podemos querer en particular situaciones y estados que
especifiquen o colmen de alguna manera ese anhelo indeterminado. Por eso
Aristóteles pensaba en la felicidad no refiriéndola a situaciones concretas,
sino a géneros de vida, a modos globales de vivir. Pero no es sin más que la
felicidad sea lo querido en general y otras cosas lo querido en particular. Lo
que ocurre, más bien, es que el querer general busca determinarse en voliciones
particulares; la felicidad tiende a cumplirse de modo concreto, y los fines
concretos se quieren porque se ven como cierto cumplimiento o expresión de la
felicidad.
Para Rodríguez (2010), la investigación que Aristóteles hace sobre la felicidad humana “parte de una concepción finalista del obrar humano”, afirmando que lo que Aristóteles se pregunta es “cuál es la actividad más perfecta, la más elevada y excelente, la más bella y, sólo por ello, también la más agradable y placentera. Esa actividad será la que poseerá el bien más elevado de modo perfecto, ininterrumpido y autosuficiente dentro de lo posible” (p. 116).
Rodríguez (2010) sostiene que una de las conclusiones de la
investigación de Aristóteles “es que lo
bueno por sí mismo es la vida conforme a la razón o vida virtuosa […] lo
propio del hombre será la vida racional. Lo que hace feliz al hombre es la perfección de la actividad según la razón, perfección
a la que llamamos virtud…” (p. 116).
En la misma línea de pensamiento, Yepes y Aranguren (1998, p. 157), se
basan en la felicidad propuesta por Aristóteles, para explicarla de la
siguiente manera:
La vida
lograda, felicidad o autorrealización exige la
plenitud de desarrollo de todas las dimensiones humanas, la armonía del alma, y ésta, considerada
desde fuera, se consigue si hay un fin,
un objetivo (skopós) que unifique los
afanes, tendencias y amores de la persona, y que dé unidad y dirección a su
conducta. Los clásicos acostumbraron a decir que la felicidad es ese fin, el bien último y máximo al que todos aspiramos,
y que todos los demás fines, bienes y valores los elegimos por él.
Así pues, podemos decir que desde una visión ético-antropológica
centrada en el pensamiento aristotélico, el bien
es entendido como aquello a lo que todos aspiramos, y a su vez, este bien o
bienes se dividen en bienes concretos y el bien genérico, supremo, soberano,
perfecto o último será lo que conocemos como felicidad. La felicidad o eudaimonia,
por lo tanto, es un anhelo indeterminado; es decir, “la actividad más perfecta, la más elevada y excelente, la más bella
[…] lo bueno por sí mismo […] la vida
conforme a la razón o vida virtuosa” (Rodríguez, 2010, p. 116). Y por lo
tanto, la virtud será la perfección
de la actividad humana según la razón. En otras palabras, vivir buscando la
virtud o tratar de vivir virtuosamente, será vivir buscando la felicidad.
Todo lo anterior, a mi parecer,
pone los cimientos y la estructura para que la investigación y el conocimiento
psicológico sobre la felicidad o bienestar subjetivo tengan un mayor alcance en
la realidad y subjetividad humana.
Referencias:
Aristóteles. (1996). Ética Nicomaquea. Ed. Porrúa, México, México.
Rodríguez, Á. (2010). Ética general. Ed. EUNSA, Navarra, España.
Sánchez-Migallón, S. (2010). Ética filosófica, un curso introductorio.
Ed. EUNSA, Navarra, España.
Vera, B. (2008). Psicología positiva, una nueva forma de entender la psicología. Ed.
Calamar, Madrid, España.
Yepes S. & Aranguren E. (1998). Fundamentos de antropología, un ideal de la
excelencia humana. Ed. EUNSA, Pamplona España.
La felicidad es un concepto complejo, como se mencionó en esta publicación, opinó que es algo personal pero sigue unas pautas del bien común que deben de seguirse para llegar a ella. La felicidad no solo es estar conforme con lo que tienes en este momento, sino que es seguir luchando y comprometiéndose con las metas personales. No podemos ser felices con tan solo obtener lo que anhelamos, si no que también es sacrificio para los demás, el darse a los demás. Esto nos lleva a tener una visión comunitaria del bienestar. Vivir con hábitos buenos que nos lleven a trascender y alcanzar nuestros anhelos.
ResponderBorrarLa felicidad es un concepto complejo, como se mencionó en esta publicación, opinó que es algo personal pero sigue unas pautas del bien común que deben de seguirse para llegar a ella. La felicidad no solo es estar conforme con lo que tienes en este momento, sino que es seguir luchando y comprometiéndose con las metas personales. No podemos ser felices con tan solo obtener lo que anhelamos, si no que también es sacrificio para los demás, el darse a los demás. Esto nos lleva a tener una visión comunitaria del bienestar. Vivir con hábitos buenos que nos lleven a trascender y alcanzar nuestros anhelos.
ResponderBorrarTotalmente de acuerdo con este escrito, ya que no hay duda de que la forma en la que se alcanza la felicidad es la virtud, mejorando uno mismo y compartiéndolo con los demás, que si uno se queda encerrado en sí y sin buscar el crecer como persona, jamas llegará a su plenitud.
ResponderBorrarMe gustó mucho el artículo porque aclara que para llegar a la felicidad, no necesariamente implica experimentar emociones positivas, sino que al contrario, la verdadera felicidad se obtiene por medio de elementos que implican esfuerzo y trabajo. Esto es importante mencionarlo y aclararlo porque muchas veces podemos caer en la felicidad “comercial” que se vende en todas partes y que pudiera parecer muy fácil de conseguir, a diferencia de la felicidad plena.
ResponderBorrarLa felicidad es algo a veces muy complejo de comprender y más por la información sin fundamentos y sin reflexión previa que circula hoy en día. Sin embargo, creo que es también un tiempo oportuno para sacar a relucir nuestras virtudes y ponerlas en práctica, pero sobre todo al servicio de los demás, para que de esta manera, la felicidad de contagie y llegue a la mayor cantidad de personas posibles; Todo esto por medio del ejemplo en una vida virtuosa.
ResponderBorrarEs chistoso como desde que somos pequeños escuchamos que las personas exitosas son felices y que al revés, las personas felices son únicamente aquellas exitosas, crecemos pensando que eso debemos conseguir: la felicidad, nos preocupamos por "alcanzarla" y poner en práctica medios y técnicas que nos ayuden a "conseguirla", pero con el paso del tiempo, aquello que creíamos que era la felicidad, al verla pasar rápidamente, nos damos cuenta que no lo era, y nos percatarnos de que la felicidad es un constructo mucho más complejo, nos parece imposible de alcanzar... No es hasta que nos damos cuenta de que la felicidad no es el fin si no el camino, que no son los instantes de placer si no el proceso de reto, creatividad, aprendizaje y destreza, que dejamos de dejar la vida pasar anhelando y comenzamos a vivir la vida siendo felices, viviendo una vida virtuosa. -Lorena Lagunes.
ResponderBorrarVivimos con la idea equivocada de que la felicidad únicamente comprende emociones positivas: alegría, optimismo, esperanza... consideramos que es el polo opuesto a la tristeza, dificultad, reto, dolor... y no, cuando hablamos de felicidad, de aquella felicidad real, felicidad entendida como vida buena, nos damos cuenta que para vivir una vida buena necesitamos de autoevaluarnos, criticarnos, comprometernos, responsabilizarnos y, hacernos cargo en ocasiones de cosas o situaciones que nos pueden causar dolor, pero que, tras evaluar los aprendizajes y encargarnos de modificar aquello que no nos deja continuar, estamos paso a paso más cerca del proceso de un vida buena... autorrealización... felicidad... -Lorena Lagunes.
ResponderBorrarEl artículo ha sido un parteaguas de lo que yo consideraba felicidad, a lo largo de la vida, no se nos enseña que es la felicidad, ni los factores que intervienen tanto en el concepto como en la consecusión de esta. Es por esto que crecemos creyendo que felicidad es el mero disfrute o llevar una vida alegre, creemos que solo aquellos que lo han tenido todo en su vida son los que son felices. Pero con la presente definición te das cuanta que la felicidad no sólo son momentos de éxito, si no que es una evaluación tanto de los momentos agradables y desagradables, viendólos desde el punto de vista que contribuyen a nuestra mejora personal.
ResponderBorrarPor otro lado, con el artículo nos damos cuenta que la felicidad es el bien máximo y final del ser humano, por lo que todos sus fines, bienes, capacidades apuntan hacia este bien máximo.
Sin duda se debería dar mayor importancia a la enseñanza de lo que es la verdadera felicidad, de esta manera cada miembro de la sociedad buscaría el logro de su propia felicidad, sin compararse con el de otros, aquellos que comparan su felicidad con la de otros son aquellos que no han entendido lo que es la propia felicidad y cómo lograrla.
- Sofía Flores Castellanos.
Creo que de manera general se tiene una idea equivocada de lo que es la felicidad, ya que se percibe únicamente con un fin al que vamos a llegar cuando tengamos ciertas cosas o hayamos cumplido determinadas metas y al verla únicamente como esa meta, en lugar de verla como un camino erróneamente se cree que las personas felices son las que no experimentan ningún tipo de emoción negativa.
ResponderBorrar- Luisa Fernanda Estrada Villavicencio
Encontrar la felicidad es algo que no es fácil, pero que como seres humanos buscamos desde el inicio de nuestras vidas, y que se va haciendo más complejo mientras crecemos, y no se si es algo que necesariamente hacemos de la manera correcta naturalmente, y pienso que necesitamos, en algunas ocasiones, de guías y ayudas como las de antiguos filósofos como Aristóteles, que nos comienza a dar pautas interesantes sobre cómo podemos conseguir vivir una vida plena y con una felicidad verdadera y no solo quedándonos en el placer. - Regina López Herrera
ResponderBorrarFue interesante haber leído este artículo ya que como menciona: la felicidad no tiene un significado unificado entonces, conocerla desde las distintas perspectivas es adecuado para conocer más sobre ella. Además, se suele asociar la felicidad directamente con la alegría, pero ahora sé que no es así, es mucho más amplio el concepto.
ResponderBorrarConsidero que la mayoría de las personas queremos ser felices, buscamos la felicidad. Concuerdo con el blog, la felicidad no es un sentimiento de experimentación. Se puede relacionar con el típico comentario de "uno es más feliz cuando gasta en experiencias que en objetos materiales". Sin duda, el comentario anterior es verdad pero no te va ayudar a llegar a la felicidad plena. Hace poquito fui a Disney y vi un niño llorando y te pones a pensar, estas en Disney y no eres feliz. Como uno no es feliz en el lugar más feliz del mundo. El niño lloraba no porque no sea feliz, sino porque uno tiene que vivir las emociones negativas para ser feliz porque es parte de la vida.
ResponderBorrarSe me hace muy interesante como desde antes el hombre viene buscando respuestas a cómo alcanzar esa felicidad, pero muchas veces se busca en lugares equivocados. Comprender ahora las bases y la parte humana en la que si se puede trabajar para ir en crecimiento de ésta misma.
ResponderBorrarLa felicidad parece algo muy complejo de entender, pero la verdad no creo que sea otra cosa más que vivir una vida virtuosa y mantener un equilibrio en todas las áreas de la vida: familiar, física, emocional... confundimos la felicidad con cosas que no solo nos hacen felices sino que además nos hacen un vacío porque invertimos tiempo y esfuerzo en conseguir logros muy superficiales. Es impresionante como muchos filósofos muy antiguos ya sabían lo que era una vida lograda, sabía que vivir bien es vivir con virtudes, perfeccionarnos poco a poco, vivir con la verdad. Y otra cosa muy rara es que para todos la felicidad puede ser lo mismo y además muy diferente, pero naturalmente estamos cazando la felicidad. -Mayte Herrera Acuña.
ResponderBorrarMe parece muy interesante esta perspectiva de la felicidad, ya que todas las aportaciones que se brindan tienen un sustento teórico y práctico que nos habla de lo que realmente implica, es decir que va más allá de un simple sentimiento efímero, ya que es un verdadero motor que nos mueve a buscar el bien y la trascendencia como verdadera finalidad, pero sobre todo poder guiar nuestras acciones de manera virtuosa, siendo esto una invitación de un experimentar complejo, ya que ello nos da el privilegio de gozar lo que en realidad es la felicidad - Miriam Daniela Martínez Castellanos
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